Pese a ser zona protegida, desde el decreto del 8 de abril de 1994, el cerro de Tzapotecas, principal pulmón de la región de San Pedro Cholula, está en riesgo de ser desvastado. La amenazante mancha urbana y las empresas inmobiliarias que sirven de prestanombres de varios codiciosos funcionarios públicos están por minar la flora y fauna de esta área natural, además de sus mantos acuíferos que abastecen a varios municipios de la región.
Desde hace un lustro, esta casa editorial ha denunciando que uno de los principales aniquiladores del Tzapotecas es la familia Blanca, el Grupo Inmobiliario Diamante, y se presume que “familiares” del líder estatal de Convergencia, José Juan Espinosa Torres.
El deforestado montículo cuenta con una extensión territorial de 536 hectáreas, declaradas área natural protegida por el Congreso del estado, y se extiende sobre siete comunidades rurales, que custodian sus contados árboles y animales en peligro de extinción.
Esta situación ha sido presentada, en varias ocasiones, con la proyección del documental El ANP cerro Zapotecas.
Debido a que de manera ilegal e impune han llegado a instalarse fraccionamientos residenciales, asociaciones civiles como Pro Cholula y Reserva Ecológica Tzapotecas trabajaron varios años en la creación de una reforma, con el apoyo del Colegio de Diseño Urbano Ambiental de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) para obligar a los involucrados a velar el cerro.
El pretexto que utilizaban los empresarios, dueños de inmobiliarias, es que el decreto emitido por el Congreso local no especifica la superficie, longitud y latitud que abarcaba el área boscosa del Tzapotecas.
El trabajo de investigación finalmente se concretó el 26 de noviembre de 2008, cuando fue publicada una segunda declaratoria del área protegida del cerro Tzapotecas en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
El logro de los académicos y activistas consistió en que el área natural protegida pasó de ser de índole municipal a estatal. Por lo que desde hace dos años, su conservación es responsabilidad de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SMRN), quien nunca elaboró un plan de manejo del cerro, y del ayuntamiento de San Pedro Cholula.
El proyecto del Libramiento Poniente pasará por el cerro
De la actual situación del Tzapotecas, Susano Toxqui, presidente de Pro Cholula, aseveró que hace falta voluntad política por parte de las autoridades estatal y municipal, para evitar el avance del deterioro de la zona boscosa.
Si esto no logra concretarse, advirtió que en menos de 10 años se secarán los mantos acuíferos, lo que generará que varios municipios aledaños al cerro carecerán de agua.
Sobre este punto, Juan Flores alertó que el proyecto de la construcción del Libramiento Sur–Poniente está trazado de manera curvilínea, de tal suerte que la autopista rodeará al cerro “con la única intención de explotar los recursos naturales de esta zona”.
Esto mismo, agregó, permitirá que más inmobiliarias e inclusive fábricas abran sus puertas en esta parte de la ciudad cholulteca, pues se facilitará el acceso, principalmente, a las rutas naturales del agua que baja del volcán Popocatépetl.
“Ya nos advirtieron que el plano del supuesto libramiento, que atraviesa ocho comunidades rurales desde Atlixco hasta San Martín Texmelucan, está buscando pasar por todos los mantos acuíferos que están en la región para explotarlos, para el ‘desarrollo’ económico de Puebla”, opinó, en entrevista.
Inseguridad
La falta de interés de las autoridades en conservar y defender el cerro Tzapotecas también se observa en la falta de supervisión en la zona para dar cuenta de la cantidad de hectáreas que han sido invadidas, pero sobre todo por lo inseguro que representa ahora para las familias que los fines de semana visitan el lugar.
Esto último se ilustra con los tres ejecutados que fueron tirados en las faldas del cerro, en el trascurso del año. El último fue hallado la semana pasada.
Finalmente Toxqui comentó que como asociación buscarán a la presidente municipal electa en San Pedro Cholula, Dolores Parra, para plantearle la gravedad de la situación.
El cerro Tzapotecas es la única área verde de 22 zonas boscosas que existen en Puebla, que ya fue declarada dos veces como zona protegida; sin embargo, la obligación de custodiarla sólo quedó en un papel, pero no en los hechos.
